El huevo es uno de los alimentos más consumidos en todo el mundo por su versatilidad y valor nutricional. Sin embargo, no todos lo digieren igual.
La alergia al huevo, una de las más comunes en la infancia, también puede aparecer en adultos, aunque muchas veces pasa desapercibida debido a que sus síntomas no siempre son tan evidentes.

¿Sabías que podrías tener alergia al huevo sin darte cuenta?
Según la Academia Española de Nutrición y Dietética, esta alergia ocurre cuando el sistema inmunológico detecta las proteínas del huevo como sustancias dañinas. En niños es más frecuente, ya que su cuerpo aún no procesa bien estas proteínas, pero los adultos también pueden desarrollarla.
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La buena noticia es que la alergia al huevo puede desaparecer con el tiempo, en especial durante la infancia, llegando a superarse antes de los siete años de edad.
¿Cuáles son los síntomas que indican alergia o intolerancia al huevo y cuándo preocuparse?
Los síntomas a la alergia al huevo varían en intensidad:
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- Leves: enrojecimiento, picazón, urticaria o hinchazón en párpados y labios.
- Moderados a graves: vómitos, diarrea y dolor abdominal, principalmente en niños.
- Muy graves: silbidos al respirar, picazón en la garganta o incluso edema de glotis, lo que podría causar dificultad para respirar.
Además, se puede confundir con intolerancia al huevo, que no es una reacción inmunológica, sino digestiva. Quienes la padecen sienten malestar estomacal, gases o diarrea, especialmente después de consumir huevo en exceso.
¿Comer huevo todos los días es peligroso para el corazón?
Comer más de dos huevos al día no necesariamente eleva el colesterol, todo depende del estilo de vida. Según la Unión Nacional de Avicultores, quienes llevan hábitos saludables pueden consumir hasta siete huevos semanales sin problema. En cambio, quienes fuman, beben en exceso o tienen una dieta poco equilibrada deben moderar su ingesta.
Si después de comer huevo presentas síntomas, es clave consultar a un médico para distinguir entre alergia o intolerancia. La clave está en escuchar al cuerpo y consumir con medida y conciencia.