La Playa Escondida, también conocida como la Playa del Amor, ha pasado de ser una maravilla casi desconocida a uno de los destinos más emblemáticos de la Riviera Nayarit.
Situada dentro de un cráter natural en Isla Redonda, en el Parque Nacional Islas Marietas, este rincón paradisiaco solo es accesible nadando o en kayak a través de un túnel de unos 14 a 150 metros, dependiendo de la fuente.
¿Por qué es tan importante proteger este ecosistema y cómo se regula el turismo en la zona?
Descubierta por el oceanógrafo Jacques Cousteau, la playa es un oasis de arena blanca y aguas turquesa bajo una bóveda rocosa iluminada por un dosel abierto al cielo.
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Su belleza viral en redes, llevó a su cierre temporal en 2016 para control de afluencia masiva, implementando desde entonces un límite estricto de 116 personas por día, con estancias máximas de 15-30 minutos según regulaciones federales.
Resguardada por cuerpos oficiales como CONANP, desde su reapertura exige reservar con anticipación y contratar tours autorizados que incluyen permisos, guía, chaleco y en muchos casos, equipo para kayak o snorkel.
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¿Cuánto cuesta visitar la famosa Playa Escondida?
El costo promedio oscila entre $2,100 y $2,900?MXN por persona, con tarifas adicionales de conservación y portuarias (emplean cerca de $100?MXN y $29?MXN, respectivamente).
Este enclave volcánico, formado por erosión natural o según algunas teorías, por bombardeos militares, ahora protege una biodiversidad impresionante: aves como alcatraces y bobos de patas azules, mamíferos marinos, tortugas y coloridos corales. Además, en temporada invernal es común avistar ballenas jorobadas y delfines en la bahía.
¿Qué hace tan especial a la Playa Escondida dentro del Parque Nacional Islas Marietas, Nayarit?
La Playa Escondida no es solo un destino fotogénico de belleza impactante, sino también un emblema de conservación y turismo responsable.
Su acceso, que requiere un esfuerzo físico moderado como nadar o remar bajo guía, es parte de la experiencia que la vuelve única. Quienes llegan hasta este santuario natural son recompensados con un momento íntimo en un entorno prácticamente virgen.
Más que una postal de ensueño, la llamada Playa del Amor representa un recordatorio del valor que tienen los ecosistemas mexicanos. Disfrutarla implica planificar con anticipación, respetar los tiempos de estancia permitidos y sobre todo, sumarse al compromiso de preservar este tesoro natural.