En el corazón de Michoacán, a pocos minutos del Lago de Pátzcuaro, se encuentra un lugar que huele a tradición, sazón y antojitos: Quiroga, un pueblito encantador que ha conquistado el paladar de locales y turistas por igual gracias a sus legendarios tacos de carnitas.
Con calles empedradas, plazas llenas de color y un ambiente purépecha auténtico, Quiroga no solo es conocido por su belleza tradicional, sino por ser la capital nacional de las carnitas. Aquí, cada esquina es una promesa de sabor: puestos, fondas y restaurantes compiten sanamente por ofrecer la receta más crujiente y jugosa, siempre acompañada de tortillas hechas a mano, chiles en vinagre y salsas molcajeteadas.
¿Qué hace tan especiales a las carnitas de Quiroga?
La magia está en la técnica. Las carnitas se cocinan lentamente en cazos de cobre martillado, una tradición que ha pasado de generación en generación, usando cortes seleccionados del cerdo, manteca natural, hierbas y condimentos secretos.
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El resultado es un manjar dorado por fuera, suave por dentro, con ese toque artesanal que no encontrarás en otro lugar de México.
Más allá de la comida: cultura y artesanías purépechas
Quiroga es también un epicentro de cultura viva. Su gente conserva con orgullo sus raíces purépechas, su lengua y su oficio artesanal. Los domingos, el tianguis local ofrece desde muebles tallados en madera hasta máscaras, textiles y figuras hechas de pasta de caña. Además, su cercanía con Tzintzuntzan y Santa Fe de la Laguna lo convierten en un excelente punto de partida para explorar la región lacustre.
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¿Vale la pena visitarlo?
Definitivamente. Si buscas un destino que combine sabor, cultura y tradición, Quiroga es la escapada perfecta para un fin de semana. Así que prepara el estómago y la cámara, porque este pequeño gran rincón de Michoacán tiene todo para robarte el corazón… y el apetito, sobre todo porque tienen las mejores carnitas de México.