Temporada de huracanes en el Atlántico: La peor según NOAA; pronostica hasta 13 ciclones y 25 tormentas
Estas están relacionadas con el desarrollo del fenómeno meteorológico 'La Niña', así como por temperaturas muy elevadas en el norte del océano Atlántico.
La temporada de huracanes en el Atlántico durante el 2024 comenzará la próxima semana y se proyecta como algo extraordinario, con la posibilidad de que haya entre 4 y 7 huracanes en categoría 3 o más, indicó la Oficina de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos, por sus siglas, NOAA.
"Esta temporada será extraordinaria en muchos sentidos", declaró este jueves en rueda de prensa el director de la NOAA, Rick Spinrad. Teniendo en cuenta todas las proyecciones acerca de las tormentas más potentes, la agencia nunca había pronosticado un número tan alto en sus proyecciones para mayo, según la información que compartió el funcionario.
Se pronostican hasta 13 ciclones y 25 tormentas
Teniendo en cuenta todas las tormentas más potentes, estas previsiones están relacionadas en particular con el desarrollo previsto del fenómeno meteorológico “La Niña”, así como por temperaturas muy elevadas en el norte del océano Atlántico, explicó.
Según la NOAA, en total habrá entre 17 y 25 tormentas con nombre propio, las que desarrollan vientos de más de 63 km/h. De ellas, aproximadamente 8 de 13 podrían convertirse en huracanes y entre cuatro y siete de estos de categoría 3 o aún superior.
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El fenómeno meteorológico ‘La Niña’ tiene consecuencia para todo el planeta, pues estuvo presente el año pasado y tendió a moderar la actividad de los huracanes en el Atlántico Norte.
La temporada de huracanes en el Atlántico se extenderá desde principios de junio hasta finales de noviembre. Estos fenómenos pueden ser devastadores tanto materialmente como en términos de peligros para las personas, particularmente en los estados del sur de Estados Unidos.
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El impacto del calentamiento global en los huracanes
El calentamiento global influye significativamente en los huracanes, aumentando su intensidad y destructividad. Con el incremento de las temperaturas oceánicas, los huracanes reciben más energía, resultando en tormentas más poderosas, especialmente de categorías 4 y 5.
Además, un aire más cálido retiene más humedad, intensificando las lluvias y aumentando el riesgo de inundaciones severas. También se observa una rápida intensificación de los huracanes, complicando los esfuerzos de preparación y respuesta. En conjunto, estos factores indican que el calentamiento global está haciendo que los huracanes sean más devastadores y difíciles de predecir.