El cáncer de piel es uno de los padecimientos en aumento a nivel mundial. Con las recientes olas de calor, la exposición solar excesiva y el aumento de casos reportados, comprender las causas, los síntomas y las formas de prevención se vuelve fundamental.
Te explicamos qué provoca el cáncer de piel, desde sus inicios, los tipos que existen y sus afectaciones.
¿Cómo comienza el cáncer de la piel?
El cáncer de piel comienza en las células de la piel, particularmente en las células que producen pigmento, conocidas como melanocitos. Este tipo de cáncer se desarrolla cuando el ADN en estas células sufre daño, generalmente debido a la exposición a los rayos ultravioleta (UV) del sol o a camas de bronceado. Este daño provoca mutaciones que pueden desencadenar un crecimiento celular anormal y, en última instancia, la formación de tumores malignos.
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¿Qué provoca el cancel en la piel?
Varios factores aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel. La exposición prolongada a la radiación UV representa un factor de riesgo clave, por ello la importancia de usar un protector solar adecuado. Otros factores incluyen antecedentes familiares de cáncer de piel, tener piel clara, antecedentes de quemaduras solares graves en el pasado y ciertas condiciones médicas que debilitan el sistema inmunológico.
Estos son los síntomas y tipos de cáncer de piel
Los síntomas del cáncer de piel pueden variar según el tipo de cáncer y la etapa de desarrollo. Sin embargo, algunos signos comunes incluyen cambios en el tamaño, forma o color de un lunar existente, la aparición de un nuevo lunar o lesión cutánea que no cicatriza, y la presencia de manchas rojas, escamosas o con costras en la piel.
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Existen varios tipos de cáncer de piel, siendo los más comunes el carcinoma de células basales, el carcinoma de células escamosas y el melanoma. Cada tipo tiene características distintivas y puede requerir enfoques de tratamiento específicos.
¿Cómo protegerte del sol y prevenir el cáncer de piel?
La prevención es fundamental en la lucha contra el cáncer de piel. Algunas medidas clave incluyen limitar la exposición al sol durante las horas pico, usar protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30, vestir ropa protectora y sombreros de ala ancha, y evitar el uso de camas de bronceado. Además, es importante realizar autoexámenes regulares de la piel para detectar cualquier cambio sospechoso y visitar a un dermatólogo si se observa algo inusual.