El reflujo gástrico puede causar molestias importantes si no se cuida la alimentación. Evitar ciertos alimentos ayuda a reducir la acidez y mejorar la digestión diaria.
¿Qué es el reflujo gástrico?
El reflujo gástrico es una condición en la que el contenido del estómago, incluyendo ácido y alimentos, regresa hacia el esófago. Esto provoca síntomas como ardor, acidez, regurgitación y, en algunos casos, dolor en el pecho.
Se produce cuando el esfínter esofágico inferior, que actúa como válvula entre el esófago y el estómago, no funciona correctamente. Mantener hábitos alimenticios adecuados y evitar ciertos alimentos puede ayudar a controlar los síntomas.
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¿Qué no debes comer si tienes reflujo?
Para controlar el reflujo gastroesofágico, se recomienda evitar alimentos ácidos como frutas cítricas y tomates, así como bebidas alcohólicas que afectan el funcionamiento del esfínter esofágico inferior. El chocolate y las fuentes de cafeína, incluyendo café y refrescos, también pueden relajar esta válvula y aumentar la acidez estomacal.
Además, es importante limitar los alimentos ricos en grasa, las comidas picantes o muy condimentadas, ya que pueden irritar el esófago y ralentizar la digestión. Mantener estos cuidados ayuda a reducir los síntomas de reflujo y a mejorar la digestión diaria.
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¿Qué sucede si no se trata el reflujo gástrico?
Si el reflujo gástrico no se trata adecuadamente, los ácidos del estómago pueden dañar el revestimiento del esófago, causando inflamación conocida como esofagitis. Esto puede derivar en úlceras, sangrado o estrechamiento del esófago, dificultando la deglución y provocando dolor crónico.
A largo plazo, el reflujo persistente también puede aumentar el riesgo de cambios precancerosos en el esófago y afectar la calidad de vida debido a molestias continuas, tos crónica o problemas respiratorios. Por ello, es fundamental controlarlo con hábitos alimenticios, medicamentos y seguimiento médico.
