La ciencia ha dado pasos agigantados en la comprensión del cuerpo humano, pero todavía existen fenómenos que desafían la explicación lógica.
Uno de ellos es el que describió Julie McFadden, una enfermera especializada en cuidados paliativos, quien asegura que las personas a punto de morir emiten un olor característico. Su testimonio ha abierto el debate sobre lo que ocurre en el cuerpo durante las últimas etapas de vida.

“Muchos familiares me han dicho que sienten un olor diferente en su ser querido, incluso antes de que fallezca”, explicó McFadden en una entrevista con el medio Ladbible. Según su experiencia, ese olor sería una señal de que el organismo está comenzando su proceso final de deterioro.
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¿Por qué algunas personas emiten un olor particular en las horas previas a su fallecimiento?
De acuerdo con McFadden, los olores que desprenden las personas en estado terminal provienen de compuestos químicos llamados putrescina y cadaverina. Ambos se liberan cuando el cuerpo empieza a descomponerse, incluso antes de la muerte clínica.
Estos compuestos, conocidos por estar presentes en tejidos en descomposición, generan un olor penetrante y desagradable que aunque natural, puede ser muy impactante para quienes acompañan a la persona en sus últimos momentos.
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Además de estos compuestos, el cuerpo experimenta cambios metabólicos significativos. El aliento, la piel y los fluidos corporales pueden adquirir un aroma particular. “En algunos casos, puede parecerse al del quitaesmalte”, señala la enfermera, haciendo referencia a olores similares a productos químicos como la acetona.
McFadden también destaca que algunas enfermedades aceleran o intensifican estos olores: “Si el paciente padece un cáncer de estómago o de intestino, el olor puede ser especialmente fuerte”.
¿Qué es el “estertor de la muerte” y por qué suena tan angustiante para los familiares?
Más allá del olor, McFadden menciona otro fenómeno: el llamado “estertor de la muerte”. Se trata de un sonido crepitante y húmedo que proviene de la garganta del paciente cuando los líquidos se acumulan, ya que el cuerpo pierde la capacidad de tragar o toser.
Aunque este sonido suele causar angustia en los familiares, McFadden aclara que no implica sufrimiento para el paciente: “Es parte del proceso natural de morir”.
Un fenómeno poco estudiado, pero muy real
A pesar de que el fenómeno es conocido por muchos profesionales de cuidados paliativos, aún no ha sido ampliamente estudiado por la comunidad científica. La mayoría de los testimonios provienen de la experiencia empírica del personal de salud.
Lo que sí es cierto es que el cuerpo humano continúa enviando señales incluso en sus últimas horas. Y aunque algunas de ellas pueden resultar perturbadoras, forman parte del ciclo natural de la vida.
“Morir es tan natural como nacer. Y aunque no podamos entenderlo todo, acompañar ese proceso con respeto y humanidad hace toda la diferencia”, concluye McFadden.