¿Qué se esconde detrás de un regreso triunfal?, la aclamada película Cónclave volvió a poner a Ralph Fiennes en la conversación de los premios Oscar y en el centro de los reflectores internacionales, pero mientras el mundo celebraba su actuación como un cardenal clave en la elección de un nuevo Papa, el actor británico no olvidaba un episodio que casi acaba con su carrera.
Hablamos de Los Vengadores, una superproducción que prometía mucho y terminó convirtiéndose en uno de los mayores fracasos del cine; esta es la historia de cómo una película que parecía destinada al éxito terminó marcando la trayectoria de sus protagonistas.
¿Cómo una cinta con grandes nombres terminó siendo un desastre?
A finales de los 90, Ralph Fiennes estaba en la cima: venía de protagonizar La lista de Schindler y El paciente inglés, dos películas que le valieron nominaciones al Oscar. Con esa racha, aceptar el rol principal en Los Vengadores parecía un paso lógico. A su lado estaban Uma Thurman y Sean Connery, respaldados por Warner Bros. Todo apuntaba a un éxito.
Pero el resultado fue catastrófico. La crítica la destrozó, el público le dio la espalda y el estudio ni siquiera organizó un estreno formal. “Simplemente dijeron: ‘Ponela y cerrá los ojos’”, confesó Fiennes en una entrevista años más tarde. La película, con un presupuesto de 60 millones de dólares, apenas recaudó 54,7. Fue un golpe duro no solo para él, sino también para Uma Thurman, cuya carrera también se vio afectada. Lejos de convertirse en una joya de culto, la cinta se transformó en un ejemplo claro de las fallidas producciones comerciales de Hollywood.
¿Qué hizo posible su redención con Cónclave?
Más de dos décadas después, Fiennes volvió a escena con Cónclave, dirigida por Edward Berger. La historia sobre los secretos y tensiones del cónclave papal ya era intrigante por sí sola, pero su reestreno tras la muerte del Papa Francisco y la elección del ficticio León XIV la convirtió en un fenómeno global.
Fiennes fue elogiado por una interpretación contenida y poderosa. Estuvo entre los favoritos al Oscar a Mejor Actor en 2025, aunque finalmente el premio fue para Adrien Brody por The Brutalist. Aun así, su actuación fue una prueba de que el talento verdadero resiste incluso los momentos más oscuros.
La redención de Ralph Fiennes llegó con un papel que, a diferencia del de Los Vengadores, ofrecía profundidad, conflicto interno y una fuerte carga emocional. El cine de religión y política de Edward Berger encontró en él a un intérprete capaz de comunicar con silencios y gestos medidos.
Hoy, más allá de haber ganado o no el premio, su nombre vuelve a ocupar un lugar entre los grandes, porque si algo enseña esta historia, es que incluso después del mayor tropiezo, siempre se puede volver, y solo se necesita el proyecto correcto, y el momento justo.