La Semana Santa 2025 es el momento ideal para salir de la rutina y disfrutar unas vacaciones en familia. Si tienes niños pequeños, seguro estás buscando espacios donde puedan nadar, jugar y divertirse sin salir muy lejos de la ciudad. Por suerte, en México hay varias opciones que combinan naturaleza, albercas y actividades para toda la familia.
Te compartimos tres destinos ideales para refrescarse y pasar unos días inolvidables con tus hijos, si lo que buscas es nadar en un gran destino familiar para estos días festivos.
¿Qué hacer con niños en Valle de Bravo, Estado de México?
Valle de Bravo es uno de los destinos más visitados cerca de la CDMX. Su principal atractivo es el lago, donde los niños pueden subirse a una lancha, pasear en kayak o simplemente mojarse en la orilla.
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Además, puedes llevarlos a nadar a la Cascada Velo de Novia y explorar en familia el Santuario de la Mariposa Monarca, si aún quedan ejemplares. Es una escapada perfecta para combinar agua, aventura y naturaleza.
¿Por qué visitar Huasca de Ocampo en Semana Santa?
Este Pueblo Mágico de Hidalgo es famoso por sus paisajes naturales. Los más pequeños pueden conocer los Prismas Basálticos, hacer recorridos en cuatrimoto y nadar en el Bosque de las Truchas, que cuenta con zonas de agua y actividades familiares. Si buscas un plan en medio del bosque, con aire fresco y muchas aventuras al aire libre, Huasca es ideal.
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¿Dónde nadar en Atlixco, Puebla?
Atlixco es un lugar pintoresco lleno de color, flores y tranquilidad. Alrededor del pueblo encontrarás balnearios familiares, con albercas, toboganes y zonas verdes para descansar o hacer picnic. Es una excelente opción si prefieres un plan más relajado, sin dejar de lado la diversión acuática para los niños.
¿Cómo cuidar a tus hijos al nadar en Semana Santa?
Si vas a visitar alguno de estos destinos en Semana Santa, toma en cuenta algunas recomendaciones de la Mayo Clinic para cuidar la salud de los niños:
- Cambia el pañal con frecuencia y evita meterlos al agua si tienen diarrea.
- Usa tapones para los oídos y gafas de natación para prevenir infecciones.
- Si el niño está enfermo o tiene heridas abiertas, no debe nadar.
- Supervisión constante: nunca pierdas de vista a tu hijo mientras esté en el agua.