El colesterol alto puede desarrollarse de forma silenciosa, sin mostrar síntomas evidentes al principio. Sin embargo, tu cuerpo puede enviar pequeñas señales en los ojos, las manos y los pies que advierten un posible desequilibrio.
¿Qué es el colesterol?
El colesterol es una sustancia grasa presente en todas las células del cuerpo, esencial para producir hormonas, vitamina D y ácidos biliares que ayudan a digerir las grasas. Aunque el organismo lo genera de forma natural, también se obtiene a través de ciertos alimentos de origen animal.
Existen dos tipos principales: el colesterol LDL, conocido como “malo”, que puede acumularse en las arterias, y el colesterol HDL o “bueno”, que ayuda a eliminar el exceso del torrente sanguíneo. Mantener un equilibrio entre ambos es clave para cuidar la salud cardiovascular.
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¿Cuáles son las señales físicas que pueden revelar un nivel alto de colesterol en el cuerpo?
El cuerpo puede mostrar señales visibles que advierten sobre niveles altos de colesterol, especialmente en los ojos, las manos y los pies. En los ojos, puede aparecer un arco blanquecino alrededor del iris, conocido como arco corneal, que suele ser más preocupante cuando surge antes de los 60 años.
También pueden formarse pequeñas placas amarillentas en los párpados llamadas xantelasmas, producto del exceso de colesterol “malo” o LDL. En las manos, los pies o el talón de Aquiles pueden notarse bultos conocidos como xantomas tendinosos, resultado de la acumulación de grasa bajo la piel.
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¿Cómo controlar el colesterol?
Controlar el colesterol implica adoptar hábitos saludables que ayuden a mantener el equilibrio entre el colesterol “bueno” (HDL) y el “malo” (LDL). Una alimentación equilibrada es clave: se recomienda reducir el consumo de grasas saturadas y trans, presentes en embutidos, frituras y ultraprocesados, y aumentar la ingesta de frutas, verduras, legumbres y pescados ricos en omega-3.
Además, realizar actividad física de forma regular, mantener un peso saludable y evitar el tabaquismo y el exceso de alcohol contribuyen significativamente a mejorar los niveles de colesterol. También es importante realizar controles médicos periódicos para detectar a tiempo cualquier alteración y, si es necesario, seguir el tratamiento indicado por un profesional.