¿Cómo enfrentar la muerte de tu mascota y superar el duelo?

Expertos recomiendan validar las emociones y buscar apoyo, ya que el vínculo con los animales de compañía cumple un papel afectivo y rutinario en la vida diaria.

Duelo por mascotas fallecidas. La pérdida de una mascota puede generar un proceso de duelo similar al que se experimenta ante la muerte de un ser querido, según especialistas en salud emocional.
TENDENCIAS

La pérdida de una mascota suele ser una de las experiencias más dolorosas para quien comparte la vida con un perro, gato u otro animal de compañía. Para muchas personas ese vínculo es familiar, cotidiano y esencial, el animal aporta compañía, rutina, consuelo y un sentido de propósito.

Cuando esa presencia desaparece, es normal sentirse devastado, confundido o culpable. Si te encuentras atravesando este momento, te presentamos una guía práctica con en recomendaciones psicológicas para transitar el duelo de forma saludable y encontrar recursos que ayuden a sanar.

¿Por qué duele tanto la muerte de una mascota?

El dolor por la muerte de una mascota no es “exagerado”: responde al rol profundo que el animal tenía en la vida cotidiana. Las mascotas:

  • Acompañan en la soledad y sostienen rutinas diarias.
  • Ofrecen apoyo emocional y reducción del estrés.
  • En muchos casos son compañía constante para personas mayores o quienes viven solas.

Por eso la pérdida implica no solo la ausencia física, sino la desaparición de actividades, afecto y sentido. Además, las circunstancias de la muerte pueden añadir sentimientos de culpa, rabia o impotencia. Todas esas reacciones, negación, ira, culpa, tristeza, aceptación, forman parte del proceso natural del duelo y no deben ser reprimidas.

¿Cómo afrontar el duelo y qué pasos ayudan a sobrellevarlo?

El duelo por una mascota es personal y no existe un “tiempo estándar” para superarlo. Sin embargo, hay estrategias que pueden facilitar la recuperación:

  • Permítete sentir. No dejes que nadie te diga cómo debes reaccionar: está bien llorar, enojarte o incluso reír.
  • Habla del dolor. Conversar con amigos comprensivos, familiares o con personas que hayan vivido pérdidas similares ayuda a procesar emociones.
  • Escribe o crea un ritual. Un diario, un funeral simbólico, plantar un árbol o hacer un álbum de fotos son formas de homenaje que ayudan a canalizar el duelo.
  • Cuida tu salud física. Dormir, alimentarte bien y mantener actividad física regular reduce la intensidad del malestar emocional.
  • Mantén rutinas para otras mascotas. Si convives con otros animales, sostener horarios y juego es útil para ellos y para tu recuperación.
  • Busca apoyo profesional si hace falta. Si el dolor no remite o interfiere en tu vida diaria, un psicólogo o terapeuta puede ofrecer herramientas específicas (terapia individual, grupos de apoyo online o presenciales).

Recuerda que intentar “olvidar” o reprimir las emociones suele prolongar el sufrimiento. Aceptarlas y darles espacio facilita la sanación.

¿Cuándo considerar la eutanasia y cómo afrontarla?

Decidir dormir a una mascota es uno de los actos más difíciles para cualquier dueño, y la decisión debe sustentarse siempre en criterios veterinarios y en el bienestar del animal. Factores como el nivel de dolor, la pérdida de calidad de vida, la falta de respuesta a los tratamientos y el pronóstico real de recuperación son determinantes para evaluar si la eutanasia es la opción más compasiva.

Antes de proceder, es fundamental conversar con el veterinario y pedir el tiempo necesario para aclarar todas las dudas, tanto médicas como emocionales. Este acompañamiento profesional ayuda a tomar la decisión con mayor claridad y sin culpa.

También es importante planear cómo y dónde ocurrirá el proceso. Elegir un entorno tranquilo, definir si se realizará en casa o en la clínica y decidir quiénes estarán presentes. Algunas personas optan por despedidas personales, como dar una última caricia, decir unas palabras o realizar un pequeño ritual simbólico. Estos gestos pueden ayudar a cerrar el vínculo de forma amorosa y facilitar el proceso de duelo posterior.

Muchas personas esperan hasta sentirse emocionalmente listas para tener otra mascota, otras encuentran consuelo antes a través del voluntariado en refugios. Abrir el corazón a un nuevo animal es una decisión personal que no disminuye el amor por el compañero que se fue.

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