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El mejor Pueblo Mágico para visitar en tren en caso de que no tengas auto

Visitar Tecate en tren es una opción perfecta para quienes buscan una escapada sin las complicaciones de conducir.
viernes, 10 de enero de 2025 · 21:30

Para quienes buscan una experiencia de viaje única sin necesidad de conducir, México ofrece alternativas perfectas que combinan comodidad, paisajes espectaculares y destinos encantadores.

Entre ellas destaca la ruta de tren de Tijuana a Tecate, una escapada ideal para descubrir la magia de este pueblo en Baja California.

¿Qué hace especial a Tecate como destino en tren?

Ubicado en la frontera norte de México, Tecate es uno de los pocos pueblos mágicos al que se puede llegar en tren, ofreciendo una experiencia relajante y llena de vistas inolvidables.

Durante el trayecto en tren, de aproximadamente dos horas y media, los pasajeros disfrutan de un recorrido que atraviesa diversos paisajes, desde áridos desiertos hasta majestuosas montañas, en un entorno que invita a desconectarse del ritmo cotidiano.

¿Cómo es el viaje en tren a Tecate?

El tren tiene capacidad para 280 pasajeros y realiza varias paradas emblemáticas antes de llegar a Tecate. Entre los puntos destacados del trayecto están la Presa Abelardo L. Rodríguez y el Valle de Guadalupe, conocido por sus viñedos y su oferta enoturística.

Además, el viaje incluye una parada en el Parque Miguel Hidalgo, un lugar pintoresco ideal para disfrutar de un momento de tranquilidad antes de continuar el recorrido.

¿Por qué deberías visitar Tecate?

Una vez en Tecate, los viajeros son recibidos por un ambiente acogedor y lleno de historia. Este pueblo mágico es conocido por su pan artesanal, el cual se puede disfrutar recién horneado en las panaderías locales. También destacan sus plazas, ideales para caminar y admirar la arquitectura tradicional, y su oferta gastronómica, que combina sabores locales con influencias de Baja California.

Además, Tecate es famoso por su conexión con la naturaleza. En sus alrededores se encuentran rutas de senderismo que llevan a lugares como el Cerro Cuchumá, considerado sagrado por las comunidades indígenas. Los visitantes pueden disfrutar de actividades al aire libre, como caminatas y paseos en bicicleta, en un entorno de serenidad que contrasta con la vida urbana.