El Pueblo de Xilitla, en la Huasteca Potosina, es conocido por su vegetación exuberante, el surrealismo de Edward James y su riqueza cultural. Sin embargo, la Inteligencia Artificial se atrevió a imaginar cómo luciría este rincón místico si se convirtiera en una ciudad futurista de ciencia ficción.
¿Cómo se integraría la selva en una ciudad futurista?
La selva, pilar natural de Xilitla, se integraría con rascacielos verticales cubiertos de plantas autóctonas que funcionarían como pulmones ecológicos. Los ríos y cascadas, como las de Las Pozas, serían canales de agua purificada que alimentarían granjas hidropónicas y sistemas urbanos de energía renovable.
El icónico Jardín Escultórico de Edward James no perdería su esencia, pero sus estructuras se reinventarían con materiales bioluminiscentes y autosustentables. De día absorberían energía solar, y de noche iluminarían el paisaje con tonos verdes y azules.
Senderos flotantes e interactivos con pantallas holográficas narrarían la historia del lugar, transformando el arte surrealista en una experiencia inmersiva y tecnológica.
¿Cómo sería el transporte y la vida cotidiana en Xilitla del futuro?
Los autos convencionales desaparecerían. En su lugar, drones-taxi transportarían visitantes desde los miradores hasta el centro, mientras vehículos magnéticos silenciosos recorrerían túneles subterráneos. En los mercados, las artesanías locales cobrarían vida con realidad aumentada, narrando sus historias al comprador.
La gastronomía huasteca se disfrutaría en restaurantes inteligentes con menús proyectados en hologramas, según lo imagina la inteligencia artificial.
¿Qué ofrece realmente Xilitla como Pueblo Mágico?
Más allá de esta visión futurista, Xilitla es hoy un destino real que combina naturaleza, arte y tradiciones indígenas en la sierra madre oriental de San Luis Potosí. Su nombre proviene del náhuatl y significa “lugar de caracoles” o “lugar de chile”.
El gran protagonista es el Jardín Escultórico Las Pozas, un espacio surrealista con esculturas, pasadizos y cascadas creado por Edward James. A esto se suma el Museo Leonora Carrington, que reúne esculturas y obras de la reconocida artista surrealista; y el Ex Convento de San Agustín, un edificio colonial del siglo XVI con vistas espectaculares al pueblo.
Cada domingo, Xilitla se llena de vida con el tianguis dominical, donde se encuentran artesanías y platillos típicos como el zacahuil. Además, en las huapangueadas, los pobladores bailan al ritmo de tríos huastecos, una tradición que refleja el alma festiva de la región.
La región de Xilitla es ideal para el ecoturismo: desde la Cascada Los Comales, hasta la Cueva del Salitre, el cañón de Tancuilín y otros rincones como el Parador El Paraíso. Estas experiencias permiten conectar con la biodiversidad que rodea al Pueblo Mágico.