Cuando las noches de verano llegan acompañadas de temperaturas sofocantes, dormir se convierte en un verdadero reto. El calor interrumpe el descanso, impide conciliar el sueño y reduce la calidad del mismo.
Pero existe una solución tan sencilla como efectiva: regular la temperatura del dormitorio. Según los expertos, el rango ideal para dormir bien en verano se sitúa entre 18°C y 22°C.

¿Por qué dormir a más de 22 grados en verano afecta tanto nuestro descanso nocturno?
Rybel Wix, especialista en neurofisiología clínica y miembro del Grupo de Insomnio de la Sociedad Española del Sueño, explicó que: “La temperatura de la habitación es un factor crucial para la calidad del sueño. Un ambiente demasiado cálido impide que nuestro cuerpo realice su proceso natural de enfriamiento interno, necesario para conciliar el sueño y mantenerlo”.
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Antes de dormir, el cuerpo humano experimenta un descenso natural de la temperatura interna, alrededor de 1°C a 2°C, que indica al cerebro que es momento de descansar. Sin embargo, cuando el entorno es demasiado caluroso, este mecanismo se ve afectado.
“El cuerpo lucha por disipar el exceso de calor, lo que provoca sudoración, aumento de la frecuencia cardíaca e incomodidad. Todo esto dificulta el sueño profundo y reparador”, señala Wix.
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En cambio, cuando la habitación se mantiene en ese rango ideal de 18 a 22 grados, el cuerpo puede relajarse sin tener que gastar energía en enfriarse o calentarse. Esto permite entrar fácilmente en las fases más profundas del sueño, como el sueño de ondas lentas (NREM) y la fase REM, esenciales para la recuperación física y mental.
¿Cómo influye la temperatura en la calidad del sueño durante las noches calurosas de verano?
Si la temperatura supera los 23 o 24 grados durante la noche, el sueño tiende a ser más superficial y fragmentado. Es común despertarse varias veces por sudoración, sed o sensación de malestar. Según Wix, “esta interrupción constante impide alcanzar un sueño de calidad, lo que se traduce en más cansancio, irritabilidad y menor rendimiento al día siguiente”.
Consejos para mantener la temperatura ideal por las noches de verano
- Ventila bien la habitación durante las primeras horas de la mañana o al anochecer, cuando la temperatura exterior baja.
- Cierra ventanas y persianas durante el día para evitar que el calor entre.
- Usa ventiladores o aire acondicionado, pero sin que apunten directamente al cuerpo.
- Ropa de cama ligera y tejidos transpirables como el algodón o el lino.
- Evita cenas copiosas y el alcohol, ya que dificultan la termorregulación corporal.
Aunque el verano suele traer consigo más vida social, cenas tardías y cambios en los horarios, mantener una buena higiene del sueño sigue siendo clave. Y el primer paso es cuidar el entorno térmico.
Por eso, ajustar el termostato o el ventilador entre 18 y 22 grados puede marcar la diferencia entre una noche en vela y un sueño verdaderamente reparador.