El estreno de la bioserie Sin querer queriendo ha reavivado el interés por los orígenes, conflictos y secretos detrás de uno de los fenómenos más grandes de la televisión latinoamericana: El Chavo del 8.
Pero entre los nombres que vuelven al centro de la conversación, dos resaltan con fuerza: Roberto Gómez Bolaños, creador de los entrañables personajes de la vecindad y Enrique Segoviano, su director y colaborador durante los años más exitosos del programa.

Ambos compartieron años de trabajo intenso, creatividad desbordante y audiencias millonarias, pero en lo económico, el destino fue muy distinto: mientras Chespirito amasó una fortuna estimada en 50 millones de dólares, la de Enrique Segoviano apenas llega a los 10 millones.
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¿Cómo logró Chespirito convertir su humor en una fortuna de 50 millones de dólares?
Roberto Gómez Bolaños, mejor conocido como Chespirito, fue más que un comediante. Fue guionista, productor, actor y sobre todo, un estratega que supo capitalizar sus creaciones.
Su patrimonio neto al fallecer en 2014 alcanzaba los 50 millones de dólares, producto de décadas de ingresos por producción televisiva, sindicación, derechos de autor, licencias internacionales y una poderosa línea de productos derivados que aún hoy genera ganancias en América Latina y otros países.
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La vigencia de personajes como El Chavo, El Chapulín Colorado o el Doctor Chapatín, además de su distribución internacional en decenas de países, consolidaron una marca transgeneracional que fue tan rentable como popular.
¿Por qué Enrique Segoviano acumuló mucho menos dinero pese a su papel en el programa?
Enrique Segoviano, nacido en República Dominicana en 1944 y naturalizado mexicano desde niño, fue el responsable de convertir las ideas de Chespirito en imágenes icónicas. Dirigió cámaras, propuso efectos visuales, cuidó la iluminación y fue clave en la estética que hizo inolvidables a los programas El Chavo del 8 y El Chapulín Colorado durante los años 70.
Enrique Segoviano también fue protagonista de tensiones fuera del set. Según muestra la bioserie, mantuvo una relación sentimental con Florinda Meza que terminó de forma abrupta durante un viaje a Acapulco.
Poco después, la actriz inició un romance con Roberto Gómez Bolaños y no pasó mucho tiempo antes de que Enrique Segoviano fuera apartado del equipo de producción, sin una justificación profesional clara. Diversas fuentes señalan que la decisión habría sido tomada por el propio Chespirito.
Para Enrique Segoviano, aquel episodio marcó un quiebre emocional y profesional del que le costó recuperarse.
¿Fue la ruptura con Florinda Meza el inicio del declive profesional de Segoviano?
Tras su salida del universo Chespirito, Enrique Segoviano logró reinventarse con éxito. En 1979 produjo Odisea Burbujas, uno de los programas infantiles más queridos de México. En los 80 y 90 siguió cosechando éxitos con formatos como ¡Anabel!, TVO y más adelante los concursos Atínale al Precio y 100 Mexicanos Dijeron.
A pesar de su reconocida trayectoria, Enrique Segoviano nunca alcanzó los niveles económicos de Gómez Bolaños. Su fortuna, estimada en 10 millones de dólares, incluye mansiones valoradas entre 3 y 4 millones, autos de lujo y un sólido respaldo financiero, pero sin el poder de marca ni los ingresos transnacionales que sí logró su excolega.
Enrique Segoviano ha preferido guardar silencio sobre los conflictos personales y su ruptura con el equipo de Chespirito. Pero su huella en la televisión mexicana es indiscutible. Su carrera demuestra que, aunque el reconocimiento financiero fue desigual, su influencia creativa fue tan importante como la del propio Gómez Bolaños.