El verano pone a prueba la salud de la piel con el sol, el calor y la humedad. Pero cuidarla no siempre requiere productos caros ni rutinas complicadas.
Con pequeños hábitos y consejos de expertos, puedes mantener tu piel fresca, hidratada y protegida. Aquí te compartimos tres consejos sencillos y económicos para este verano.
¿Qué necesita la piel en verano?
En verano, la piel necesita principalmente hidratación constante para contrarrestar la pérdida de agua por el calor y el sudor. Además, es fundamental protegerse de los rayos solares con bloqueadores adecuados para evitar quemaduras y daños a largo plazo.
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También requiere limpieza suave para eliminar el exceso de grasa y sudor, y nutrición con productos ligeros que ayuden a mantener su barrera natural sin obstruir los poros. Mantener una alimentación balanceada y beber suficiente agua complementa estos cuidados y favorece una piel saludable.
¿Qué consejos debes seguir para cuidar tu piel en verano?
A continuación, te presentamos tres consejos a tener en cuenta a la hora de cuidar tu piel en verano:
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Evita la exposición directa al sol
Entre las 10 y las 16 horas, los rayos solares son más intensos y pueden dañar tu piel rápidamente. Protégete evitando el sol directo en ese horario.
Usa protector solar con factor 30 o más
Aplica el protector 20 minutos antes de exponerte al sol para que haga efecto correctamente. Reaplica cada dos horas y después de nadar o sudar para mantener la protección.
Mantén una buena hidratación
Beber suficiente agua ayuda a que la piel conserve su elasticidad y frescura. Además, usar cremas hidratantes ligeras evita la sequedad y protege la barrera cutánea.
¿Qué debes evitar hacer en tu piel en verano?
En verano, es importante evitar la exposición prolongada al sol sin protección, ya que puede provocar quemaduras, envejecimiento prematuro y daños irreversibles en la piel. También conviene no usar productos demasiado agresivos o exfoliantes que puedan irritarla con el calor y la sudoración.
Además, es mejor evitar duchas muy calientes, ya que resecan la piel, y no descuidar la hidratación, tanto interna como externa. Por último, evitar tocar o rascar la piel irritada para prevenir infecciones o manchas.