La película ‘Nuestros tiempos’, protagonizada por Lucero y Benny Ibarra, ha sorprendido a los usuarios de Netflix no solo por su propuesta de ciencia ficción con viajes en el tiempo, sino por la profundidad emocional que desarrolla.
Más allá de sus elementos tecnológicos y toques de comedia romántica, esta producción mexicana se convierte en una historia íntima sobre el amor, el crecimiento individual y las decisiones que marcan nuestras vidas. A continuación, te explicamos de qué trata y cuál es el poderoso mensaje detrás de su conmovedor final.
¿De qué trata ‘Nuestros tiempos’, la película protagonizada por Lucero y Benny Ibarra?
Ambientada inicialmente en 1966, ‘Nuestros tiempos’ nos presenta a Nora y Héctor, dos físicos brillantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) que comparten no solo un laboratorio, sino una vida en común. Ambos están al borde de un descubrimiento revolucionario: una máquina del tiempo. Sin embargo, un error en su experimento los lanza inesperadamente 59 años al futuro, aterrizando en una Ciudad de México completamente transformada en 2025.
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El choque cultural y temporal que experimentan es tan fascinante como desgarrador. Nora se deslumbra con los avances tecnológicos, la igualdad de género y la posibilidad de ejercer libremente su vocación científica, mientras que Héctor se siente fuera de lugar, incapaz de adaptarse a los nuevos tiempos. Con la ayuda de Julia, una científica moderna que fue alumna de Nora, los protagonistas intentan reconstruir la máquina y tomar decisiones sobre su futuro. En el proceso, deberán enfrentar no solo las paradojas del tiempo, sino también las fracturas internas de su relación.
Final explicado de la película Nuestros tiempos
El desenlace de ‘Nuestros tiempos’ es tan emotivo como revelador. Mientras que Nora florece en el mundo moderno, Héctor se sume en una crisis de identidad. El conflicto interno de Héctor es uno de los giros más humanos del filme: se siente desplazado y, ante la transformación de su pareja, se aferra al pasado. Su resistencia a los cambios sociales y a la emancipación profesional de Nora revela una brecha que ni el amor más profundo puede cerrar.
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La verdadera ruptura ocurre cuando Nora descubre que su hermana murió buscándola tras su desaparición en 1966. Esta revelación la obliga a cuestionarse si realmente quiere regresar. Finalmente, decide quedarse en 2025 para continuar su carrera y honrar la vida que el presente le ofrece. Héctor, dolido pero consciente, decide volver solo al pasado. Le deja una carta a Nora donde reconoce que no puede acompañarla, pero la admira profundamente. Este gesto marca un cierre agridulce, pero necesario.
Años después, en 1996, Nora aparece nuevamente en la vida de Héctor tras construir una nueva máquina del tiempo. El reencuentro no implica que todo vuelve a ser como antes, sino que ambos han cambiado y se aceptan desde la madurez y el respeto. Es uno de los momentos más emotivos del cine latinoamericano reciente.
El final de ‘Nuestros tiempos’ no busca respuestas científicas, sino emocionales. Es una metáfora poderosa sobre cómo el verdadero amor no siempre implica quedarse, sino dejar ir cuando es necesario para que el otro crezca. Lucero y Benny Ibarra logran transmitir esta transformación con sensibilidad y realismo. La película nos recuerda que evolucionar puede doler, pero también liberar. Y que, si un amor es auténtico, sobrevivirá incluso al tiempo.