Durante años, la actriz Adela Noriega fue uno de los rostros más queridos y exitosos de la televisión mexicana, sin embargo, desde 2008 desapareció del ojo público, sin entrevistas, redes sociales ni apariciones públicas confirmadas.
Su silencio ha despertado múltiples teorías; ¿está muerta?, ¿escondida por un escándalo político?, ¿se retiró voluntariamente? La incertidumbre ha mantenido viva la curiosidad de millones de fans.
¿Qué pasó con Adela Noriega?
Después de protagonizar exitosas telenovelas como Quinceañera, Amor Real y El Privilegio de Amar, Adela Noriega se retiró abruptamente de la televisión en 2008. Su última participación fue en Fuego en la Sangre, donde compartió créditos con Eduardo Yáñez y Elizabeth Álvarez. Tras el final de esta producción, no volvió a aparecer ante las cámaras ni a conceder entrevistas.
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A lo largo de los años han surgido diversas versiones sobre su paradero: algunos afirman que vive en Florida, EE.UU., otros aseguran que reside en CDMX y se dedica a los bienes raíces. También se han viralizado rumores sobre problemas de salud e incluso una supuesta relación con un expresidente, versiones que su familia ha desmentido rotundamente.
Pese a los años de ausencia, su nombre sigue generando interés en medios y redes sociales. La actriz ha optado por mantenerse en el anonimato, lejos de la fama que marcó su carrera durante más de dos décadas.
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¿Cuál fue la última vez que Adela Noriega apareció en televisión?
La última vez que Adela Noriega apareció en medios de forma oficial fue en la telenovela Fuego en la Sangre, que se transmitió en 2008 por Televisa. A partir de ese momento, no volvió a formar parte de ningún proyecto televisivo ni cinematográfico.
Desde entonces, se han filtrado supuestas fotos suyas en lugares como Los Ángeles y Perú, aunque ninguna ha sido confirmada oficialmente. En 2023, la actriz Alicia Machado reveló en el reality La Casa de los Famosos que se la había encontrado en Weston, Florida, lo que encendió de nuevo las especulaciones sobre su paradero actual.
Adela Noriega no ha muerto, pero su “desaparición” ha alimentado un mito que la mantiene vigente en la memoria colectiva.