En el corazón de Durango se esconde un Pueblo Mágico que pocos imaginan encontrar en el norte de México: un pueblo antiguo con canales que evocan a la romántica “Venecia”. Su historia, arquitectura y paisajes acuáticos han conquistado a quienes lo visitan, convirtiéndolo en uno de los Pueblos Mágicos más sorprendentes del país.
Aquí, el tiempo parece haberse detenido entre templos coloniales, aguas cristalinas y platillos típicos que deleitan a los paladares más exigentes.
¿Cuál es el Pueblo Mágico de Durango que debes conocer?
Se trata de Nombre de Dios, el Pueblo Mágico más antiguo del estado de Durango, fundado en 1562 bajo el nombre de Villa de los Cuatro Templos. Este encantador lugar fue reconocido como Pueblo Mágico el 11 de octubre de 2018, y está ubicado a solo 20 minutos de la capital duranguense.
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Uno de sus mayores atractivos es La Constancia, un rincón natural conocido como “La Venecia Duranguense”, debido a los canales y cuerpos de agua alimentados por el Río Tunal que recorren sus calles. Aquí, los visitantes pueden disfrutar de un ambiente sereno y pintoresco, ideal para paseos en bote, picnics familiares o una comida al aire libre en el restaurante Paradero El Verano, rodeado de naturaleza.
Además, su riqueza arquitectónica te transporta al pasado. Entre sus joyas se encuentran el Templo de San Francisco, construido en 1719 y protegido por el INAH; el Templo de San Pedro Apóstol, finalizado en 1790 con su fachada original intacta; y la Capilla de Nuestra Señora de la Natividad, de estilo neogótico, que resguarda la imagen más antigua de la Virgen de la Soledad en el estado.
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¿Por qué es considerado el más bonito?
La respuesta está en su equilibrio perfecto entre historia, naturaleza y sabor. Nombre de Dios no solo deslumbra con sus paisajes acuáticos, sino también con su legado colonial y su gastronomía tradicional. Las famosas gorditas rellenas de guisos, los vinos de frutas, el mezcal artesanal, dulces cristalizados, y productos como quesos, chiles y conservas, hacen de este lugar un verdadero festín cultural y culinario.
Además, su atmósfera tranquila, la calidez de su gente y la sensación de estar en un pueblo detenido en el tiempo, convierten a Nombre de Dios en una joya por descubrir, ideal para quienes buscan un escape diferente, lejos del turismo masivo y lleno de autenticidad.
Si buscas un destino que combine paisajes dignos de película, historia viva y delicias típicas, Nombre de Dios en Durango es, sin duda, el Pueblo Mágico más bonito del estado.