“Sirenas”, la nueva miniserie de Netflix, ha causado sensación entre los suscriptores y se ha convertido rápidamente en la producción más vista del momento.
Si terminaste de verla y aún estás procesando lo que pasó, aquí te explicamos todo para que entiendas qué fue lo que realmente ocurrió al final de “Sirenas”.
¿De qué trata la miniserie de Netflix “Sirenas”?
“Sirenas” es un thriller psicológico con tintes sociales, creado por Molly Smith Metzler, también conocida por su trabajo en “The Maid”. La historia comienza con Devon, una mujer que sospecha que su hermana Simone ha caído bajo la influencia de su carismática y millonaria jefa, “Michaela Kell”. Decidida a intervenir, Devon se traslada a una isla donde vive Simone, pero pronto descubre que Michaela no solo es poderosa, sino que ha creado su propio mundo de reglas, símbolos y privilegios.
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Aunque la sinopsis oficial habla de relaciones sospechosas y un ambiente opresivo, lo que realmente desarrolla la serie es un retrato punzante sobre el poder del dinero, las dinámicas de clase y cómo las mujeres deben navegar en medio de estructuras que constantemente las desafían. Cada episodio profundiza en los conflictos internos de sus protagonistas, hasta construir una crítica feroz a las apariencias que sostienen los círculos de poder.
Final explicado de “Sirenas”
El final de “Sirenas” no ofrece grandes explosiones ni giros de telenovela, lo que entrega es una conclusión emocionalmente contundente: ninguna de las protagonistas obtiene lo que quiere, pero todas logran ver con claridad lo que realmente necesitan.
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Devon, tras enfrentarse a su pasado y sus adicciones, decide regresar con su padre para rehacer su vida y romper con patrones destructivos. Simone, por su parte, abandona todo para ocupar el lugar de Michaela como “la señora Kell”, en lo que parece una elección de empoderamiento, pero también de sacrificio. Y Michaela, finalmente, acepta su derrota; Peter, su pareja, la deja porque quiere tener hijos, algo que ella no puede ofrecer, y porque, en realidad, él nunca buscó amor, sino una heredera.
Uno de los momentos clave llega cuando Michaela revela que el misterioso “Hey, hey” que repetía no significaba nada. Era solo un gesto vacío que la gente convirtió en símbolo por su estatus. Esa confesión desmonta toda idea de sectarismo: lo que parecía manipulación espiritual era simplemente elitismo disfrazado de mística.
La serie cierra sin necesidad de castigar ni redimir a nadie. Simplemente muestra a tres mujeres tomando decisiones difíciles en un mundo que constantemente les exige justificarse. En ese gesto, “Sirenas” encuentra su fuerza: no en los giros, sino en la honestidad con la que retrata la complejidad del deseo, el poder y la libertad femenina.
“Sirenas” es más que una miniserie viral de Netflix, es una crítica elegante y profunda al privilegio, las estructuras patriarcales y la búsqueda de autonomía. Con un final abierto pero revelador, esta historia se ha ganado su lugar en el TOP 10 por méritos propios.