Hay muchas cosas que cambian cuando alguien recibe el diagnóstico de diabetes. Desde lo que se come hasta lo que se bebe, cada decisión diaria importa.
Y entre esas decisiones, aparece una duda común: ¿qué pasa con el café? Esa bebida que para muchos es indispensable en la mañana, puede generar incertidumbre. ¿Está permitido o hay que dejarlo de lado?
¿Se puede tomar café si se tienes diabetes?
La respuesta no es tan simple como un “sí” o un “no”. Según instituciones como la Mayo Clinic, el café, por sí solo, no está prohibido para las personas con diabetes.
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De hecho, algunas investigaciones sugieren que podría incluso tener efectos beneficiosos. Sin embargo, también hay puntos importantes a tener en cuenta.
El café contiene cafeína, una sustancia que puede afectar la sensibilidad a la insulina en algunas personas.
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Eso significa que, aunque el café no tenga azúcar, podría dificultar un poco el control del azúcar en sangre si se consume en grandes cantidades.
¿Qué dicen los expertos sobre el café y la diabetes?
Los especialistas coinciden en algo clave: todo depende de la cantidad y de cómo se toma el café. Si eres de los que le agrega crema batida o leche condensada, el problema no es el café, sino lo que le pones.
En cambio, un café solo, o con un poquito de leche descremada, puede formar parte de una alimentación saludable para personas con diabetes.
Según la Mayo Clinic, algunas personas pueden notar que su nivel de glucosa sube después de tomar café, mientras que otras no experimentan cambios.
Por eso, recomiendan observar cómo reacciona el cuerpo y, si es necesario, ajustar el consumo.
¿Qué tipo de café es mejor para diabéticos?
El café filtrado, de prensa francesa o americano sin añadidos suele ser la mejor opción.
El café instantáneo también es válido, aunque a veces contiene ingredientes añadidos que conviene revisar. Lo ideal es evitar los cafés preparados en cafeterías con muchas calorías y azúcares ocultos.
¿Las personas con diabetes tienen que dejar el café ?
No necesariamente. Si te gusta el café y no notas alteraciones en tus niveles de azúcar después de tomarlo, puedes seguir disfrutándolo.
Eso sí, lo mejor es mantener un consumo moderado y estar al tanto de cómo reacciona tu cuerpo.
Escucha a tu cuerpo, mantén las porciones de café bajo control y cuida lo que le agregas.