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Día de la Madre: el mejor pueblo mágico para visitar Veracruz con mamá el 10 de mayo

Aunque no parezca la primera opción para visitar en el Día de la Madre, este pueblo mágico de Veracruz esconde una colorida sorpresa.

Fuente: Producción FM Globo
El mejor Pueblo Mágico para visitar en el Día de la Madre.Fuente: Producción FM Globo
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En el corazón de Veracruz, dentro del Pueblo Mágico de Naolinco de Victoria, se localiza un cementerio que destaca por su explosiva muestra de color y arte, ideal para el Día de la Madre. A diferencia de otros camposantos, este sitio transforma la solemnidad de la muerte en un homenaje vibrante a la vida, capturando la esencia alegre y profunda de la cultura veracruzana.

¿Por qué visitar este Pueblo Mágico para el Día de la Madre?

Las tumbas en este cementerio están pintadas en tonos vivos como azul, rojo, amarillo y verde, lo que convierte sus pasillos en una especie de galería de arte al aire libre. Algunas lápidas están decoradas con imágenes religiosas, mientras que otras exhiben símbolos y figuras que relatan historias de quienes descansan en el lugar.

Una característica especial es la réplica en miniatura de la arquitectura colonial que caracteriza a Veracruz, evocando los orígenes históricos de la entidad como uno de los primeros asentamientos de la conquista española.

¿Cuál es el significado cultural de las lápidas coloridas?

La costumbre de pintar las lápidas no es reciente ni meramente estética; representa una visión de la muerte como un lazo permanente con los seres queridos. Para el pueblo veracruzano, la muerte no implica una despedida definitiva, sino una transformación que mantiene viva la conexión con los difuntos.

Durante el Día de Muertos, el cementerio de Naolinco se llena aún más de color con flores de cempasúchil, veladoras y ofrendas, en una celebración que mezcla arte, tradición y espiritualidad.

¿Qué se puede encontrar al recorrer este cementerio?

Al caminar por los senderos de este Pueblo Mágico, se observa una fusión de historia y arte: fotografías en blanco y negro de los difuntos adornan nichos coloridos, mientras objetos personales acompañan a algunas tumbas, invitando a conocer más sobre las vidas de quienes ahí reposan.

El lugar fue reconocido como Patrimonio de la Humanidad por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en 2010, lo que resalta su importancia cultural y su valor como testimonio de las tradiciones mexicanas.

Este cementerio no solo rinde homenaje a quienes partieron, sino que celebra la vida a través del arte y la memoria. Es un espacio donde la muerte se representa como un capítulo lleno de color y emoción, y donde cada tumba es una obra que mantiene viva la historia de su gente.