La decisión de renunciar o esperar a ser despedido tiene implicaciones importantes en la vida laboral y financiera de cualquier trabajador. En México, el marco legal establece diferencias claras entre ambos escenarios, especialmente en lo que respecta a la compensación económica.
Para tomar una decisión informada en tu trabajo, lo primero que necesitas es comprender cómo se aplican los conceptos de liquidación y finiquito en cada caso.
¿Qué diferencias existen entre liquidación y finiquito?
La liquidación es una compensación económica que se otorga cuando el despido ocurre sin una causa justificada. Según la Ley Federal del Trabajo, el trabajador tiene derecho a recibir tres meses de salario, una prima de antigüedad y otras prestaciones pendientes.
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En cambio, el finiquito se aplica en cualquier tipo de terminación de la relación laboral, ya sea por renuncia, despido justificado o finalización de contrato. Incluye el pago de días trabajados, vacaciones no disfrutadas y aguinaldo proporcional, pero no contempla indemnizaciones adicionales.
¿Qué implica renunciar voluntariamente?
Cuando un trabajador presenta su renuncia, renuncia también al derecho de recibir una liquidación. Solo podrá exigir el finiquito, que contempla los pagos pendientes por concepto de salario y prestaciones acumuladas.
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Este escenario puede ser conveniente si se tiene una nueva oportunidad laboral o si la permanencia en el trabajo se ha vuelto insostenible, pero desde el punto de vista económico, implica menos beneficios que un despido injustificado.
¿Cuándo es mejor esperar a ser despedido?
Si la empresa no tiene una causa justificada para terminar la relación laboral, el trabajador podría recibir una liquidación, lo que representa una compensación más alta.
Sin embargo, esta decisión conlleva riesgos, ya que en algunos casos, la empresa puede buscar una justificación para el despido o presionar al trabajador para que renuncie. Es fundamental conocer los derechos laborales y, en caso de duda, buscar asesoría legal para garantizar que se respeten las condiciones establecidas en la ley.
¿Cómo se calculan la liquidación y el finiquito?
El cálculo de la liquidación se basa en el salario diario del trabajador, considerando la indemnización de tres meses de sueldo, la prima de antigüedad y otras prestaciones acumuladas.
En cambio, el finiquito solo incluye los días trabajados y beneficios proporcionales como vacaciones y aguinaldo. La diferencia entre ambos pagos puede ser considerable, lo que hace que muchos empleados prefieran no renunciar hasta que la empresa decida terminar la relación laboral.
Aunque recibir una liquidación puede representar un beneficio económico inmediato, también puede influir en la trayectoria profesional. Un despido injustificado podría afectar la reputación del trabajador en el sector, mientras que una renuncia bien gestionada permite una salida más ordenada y sin conflictos.