Lo malo de series como Respira, la producción española de Netflix que nos traslada al hospital valenciano Joaquín Sorolla, es que consiguen engancharnos tanto que, cuando llegamos al último episodio, descubrimos que hemos visto toda la temporada en apenas dos días.
Tras ocho intensos capítulos, los dramas familiares, políticos y sanitarios alcanzan su clímax en un final lleno de tensión, sorpresas y emociones encontradas.
¿Cómo afecta la privatización del hospital Joaquín Sorolla a los médicos y sus convicciones personales y profesionales?
Creada por Carlos Montero, la segunda temporada de Respira profundiza en los conflictos internos del hospital Joaquín Sorolla, que pasa a manos de la gestión privada. Este cambio remueve las convicciones del equipo médico y pone a prueba su compromiso con los pacientes.
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Patricia (Najwa Nimri), además de enfrentar una dura lucha contra el cáncer, se ve envuelta en intrigas políticas y en su relación con Néstor (Borja Luna). La llegada de Sophie (Rachel Lascar), una prestigiosa oncóloga, amenaza con desestabilizar su entorno personal y profesional.
La temporada inicia con el rescate de Jésica (Blanca Suárez), quien sobrevive a una grave falla hepática gracias a Lluís (Alfonso Bassave), que arriesga su carrera al alterar unos exámenes para salvarla. Sin embargo, sus acciones son descubiertas y termina destituido de su cargo de director por Nicolás (Gustavo Salmerón), el ambicioso gestor del hospital, más interesado en su reputación que en los pacientes.
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Mientras tanto, Patricia acepta formar parte de un programa experimental dirigido por Sophie, quien promete revolucionar el tratamiento contra el cáncer. Aunque las pruebas parecen mostrar mejoría, Néstor desconfía de la oncóloga y decide investigarla, descubriendo secretos que ponen en duda la efectividad del tratamiento.
¿Por qué las relaciones amorosas en el hospital Sorolla terminan siendo tan complicadas y dolorosas?
Jésica logra recuperarse y agradecida con Lluís, rompe su relación con Biel (Manu Ríos) y acepta casarse con su antiguo mentor. Pero las secuelas emocionales del ataque que sufrió la dejan vulnerable y con estrés postraumático. Su ascenso como nueva jefa de cirugía solo añade más presión a su vida.
Por otro lado, Quique (Xóan Fórneas) vive una relación tormentosa con Jon, un cirujano cuyo vínculo se rompe tras un accidente que involucra a su hija. En tanto, May (Marwa Bakhat) intenta rehacer su vida con Rocío (Macarena de Rueda), sin sospechar que ella planea robarle a su bebé.
¿Qué revela el impactante final de temporada y qué pistas deja sobre una posible tercera entrega?
El final de la temporada deja al hospital Joaquín Sorolla envuelto en un clima de incertidumbre. Nicolás sigue tomando decisiones drásticas que, aunque mejoran algunos servicios, implican recortes en otros, generando un fuerte enfrentamiento con Pilar (Aitana Sánchez-Gijón).
Tras descubrir que el tratamiento experimental de Sophie solo tiene un 40% de efectividad, Pilar decide denunciarla. Mientras tanto, Patricia, una de las pocas pacientes que presenta signos de mejora, se debate entre continuar su carrera política o priorizar su salud.
Pero cuando finalmente toma una decisión, ya es demasiado tarde: Sophie desaparece con su equipo y se lleva toda la información del experimento. Al mismo tiempo, un accidente automovilístico deja en suspenso la suerte de Biel y Nicolás, justo cuando parecían haber limado asperezas.
Por su parte, Jésica pone fin a su compromiso y Biel comienza a mostrar interés por Lucía (Claudia Traisac), la nueva médica del hospital Sorolla.
¿Habrá tercera temporada de Respira?
Netflix aún no ha confirmado una nueva entrega, pero el final abierto deja muchas preguntas en el aire: ¿sobrevivirá Biel? ¿Dónde está Sophie? ¿Qué pasará con Patricia y su tratamiento? Todo apunta a que el hospital Sorolla aún tiene muchos secretos por revelar.
La segunda temporada de Respira está disponible en Netflix desde el 31 de octubre de 2025. Los ocho episodios ya pueden verse en la plataforma con una suscripción activa.