El actor mexicano Luis de Alba, una figura central del cine de ficheras, abrió su corazón y habló sin miedo sobre la muerte, su herencia y la forma en que desea despedirse de este mundo. A sus 80 años, el creador de personajes como El Pirrurris, Juan Camaney y Crispín compartió que ya está completamente resignado ante el final de la vida, un tema que para él dejó de causar angustia.
Alba habla del momento en que llegue la muerte
En entrevistas recientes, el comediante expresó que los años lo han llevado a valorar más su presente y a disfrutar cada momento arriba y fuera del escenario. Su visión ahora es simple: vivir con tranquilidad, aceptar lo inevitable y garantizar que su familia quede protegida cuando él ya no esté.
Luis de Alba confirmó que ya dejó listo su testamento. Para él, asegurar el futuro económico de su esposa e hijas era una prioridad que no podía dejar pasar. Lo dijo con total seguridad: “Todo está arreglado, en vida tienen lo que necesitan”. Su mayor tranquilidad es saber que su familia no enfrentará complicaciones tras su partida.
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"Quiero morir en mi cama" la última voluntad del actor
Uno de los momentos más llamativos de su reflexión fue cuando habló de cómo quiere morir. Mientras algunos actores sueñan con un último adiós sobre el escenario, Luis de Alba tiene un deseo completamente distinto: quiere partir en la intimidad de su hogar, rodeado de paz y de las personas que más ama.
“Yo quiero morir en mi cama, como Dios quiera”, declaró el actor con una serenidad que impactó al público. Incluso aseguró que sus hijas y su esposa ya están preparadas para aceptarlo cuando llegue ese momento. Tanto emocional como financieramente, la familia ha hablado abiertamente del tema y lo enfrenta con madurez.
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El actor también explicó que su visión sobre la vida cambió desde que enfrentó episodios de salud delicados. En 2021 sufrió caídas que lo llevaron a colocarse prótesis de cadera, fémur y cervicales, y en años recientes incluso requirió atención médica urgente por problemas cardíacos. Aun así, afirma que hoy disfruta su trabajo “como un placer y no como una obligación”.
La herencia de Luis de Alba y los detalles de su testamento
Sobre su herencia, Luis de Alba fue claro, más que bienes, la educación es el legado más grande que deja a sus hijos. Todos cuentan con formación profesional, lo que para él es la mejor garantía de que podrán vivir bien sin depender de su fortuna. “La mejor herencia que les puedo dejar es la educación”, aseguró el comediante, orgulloso de haber cumplido ya con ese capítulo de su vida.
Aunque reconoce que se preocupa un poco más por su esposa, la describe como una mujer fuerte y luchadora. Saber que ella y sus hijas están listas para enfrentar la vida sin él le otorga una calma que casi ningún actor de su generación se atreve a expresar públicamente.
Hoy, Luis de Alba vive con gratitud, disfruta su presente y repite una frase que se volvió símbolo de su nueva etapa: “Si me toca hoy, me voy; si me toca mañana, también. Yo pienso en disfrutar esta noche haciendo lo que más me gusta”.
