Ubicado al noroeste del Estado de México, el municipio de El Oro resguarda entre sus calles empedradas y antiguos edificios una parte fundamental de la historia minera del país. Aunque su esplendor dorado pertenece al pasado, hoy este Pueblo Mágico apuesta por el turismo, el rescate cultural y la producción artesanal para mantener viva su identidad.
Con una superficie de 137.86 kilómetros cuadrados, El Oro forma parte de la Región II Atlacomulco. Su cabecera municipal, El Oro de Hidalgo, se asienta en las faldas de la Sierra Madre Occidental, a altitudes que superan los 3,200 metros sobre el nivel del mar, lo que le otorga un clima subhúmedo con temperaturas templadas ideales para el turismo.
¿Por qué El Oro es considerado un Pueblo Mágico lleno de historia, cultura y tradición minera?
En 2011, El Oro fue integrado al programa Pueblos Mágicos, una distinción que reconoce su riqueza arquitectónica, histórica y natural. El municipio ofrece al visitante un recorrido por el pasado con el Teatro Juárez, antiguos palacios municipales, museos dedicados a la minería y escenarios naturales como la Presa Brockman, que enmarcan la experiencia de conocer este rincón mexiquense.
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Sin embargo, su geografía montañosa presenta también retos importantes en materia de infraestructura, movilidad y acceso equitativo a servicios, especialmente en las zonas más apartadas del municipio.
¿Qué hace tan especial a la bebida artesanal “Chiva” y cómo se elabora paso a paso?
Además del turismo cultural, El Oro guarda un legado poco conocido, pero profundamente enraizado en su historia: “La Chiva”, un licor artesanal que data de la época minera.
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Su preparación, que puede tardar más de cinco meses, combina 21 hierbas tradicionales, alcohol y anís dulce para dar lugar a una bebida que ha sido transmitida de generación en generación.
Marina López Velázquez, fundadora de El Gourmet de Marina Artesanal, es la actual portadora de esta tradición. Con 26 años de experiencia, Marina aprendió el arte de la “Chiva” de su bisabuela, quien desde 1872 elaboraba la bebida como remedio digestivo.
“Después se le empezó a llamar ‘Chiva’, porque en una cantina decían que cuando la tomaban sentían que los topeaban”, relata Marina López Velázquez, entre risas.
La elaboración de la “Chiva” comienza con la selección y secado al sol de las hierbas sobre petates. Entre las plantas utilizadas se encuentran hierbabuena, manzanilla, menta, toronjil, cuasia, prodigiosa, entre otras. Luego, se maceran en alcohol durante al menos tres meses, para finalmente mezclarse con anís dulce y dar paso a una bebida equilibrada, de sabor intenso y tradición viva.
Con un precio accesible de 200 pesos por litro, la bebida ha comenzado a posicionarse fuera del Estado de México, siendo conocida ya en lugares como Michoacán, Toluca y Metepec. No obstante, Marina López Velázquez reconoce que aún faltan certificaciones para poder exportarla.
¿Cómo ha afectado la pandemia a los productores locales de El Oro y qué alternativas tienen hoy?
Como muchas otras iniciativas artesanales, El Gourmet de Marina Artesanal sufrió una caída significativa en ventas a raíz de la pandemia, registrando hasta un 80?% de disminución en su actividad comercial.
Pese a ello, la empresa familiar continúa activa, también ofreciendo rompopes y mermeladas naturales elaboradas de manera artesanal.
Marina invita al público a consumir productos locales y apoyar negocios que, como el suyo, representan más que una marca: una historia viva que se resiste a desaparecer. Sus productos pueden adquirirse a través del sitio web www.gourmetdemarina.com.
De este modo, El Oro es más que un Pueblo Mágico con pasado minero. Es un municipio que ha sabido reinventarse a través de su patrimonio, sus sabores y la memoria colectiva de sus habitantes. En cada botella de “Chiva”, en cada piedra de sus calles antiguas, late la historia de un pueblo que se niega a quedar en el olvido.