En un mundo donde la alimentación saludable y estética es tendencia, la granola ha logrado posicionarse como mucho más que un simple desayuno. Crujiente, colorida y altamente personalizable, esta mezcla de avena, frutos secos, semillas y miel, ha captado la atención de consumidores, marcas y creadores de contenido.
Lo que alguna vez fue considerada una opción exclusiva de tiendas naturistas, hoy es protagonista en cafeterías gourmet, brunches “instagrameables” y menús veganos. Su auge no es casualidad: combina sabor, textura y un alto valor nutricional, lo que la convierte en una opción atractiva tanto para el paladar como para las redes sociales.
¿Es realmente saludable comer granola todos los días o podría tener efectos no deseados?
Incluir granola en la alimentación diaria puede ser una excelente elección por sus beneficios para la salud. Una porción adecuada, alrededor de 1/4 de taza, aporta fibra, proteínas vegetales y micronutrientes que ayudan a mejorar la digestión, controlar el apetito y mantener estables los niveles de energía durante el día.
Te podría interesar
Sin embargo, no todas las granolas del mercado son iguales y su consumo excesivo puede traer consecuencias. Muchas versiones comerciales tienen un alto contenido calórico debido al agregado de almidones, aceites, frutos secos, frutas deshidratadas endulzadas y azúcares añadidos. Consumirla sin moderación puede derivar en un exceso calórico diario, con riesgo de aumento de peso.
“Muchos piensan que porque es granola, es saludable en cualquier cantidad. Pero no es así. Hay que revisar las etiquetas y controlar las porciones. Una granola con muchos azúcares añadidos puede generar picos de glucosa o incluso problemas digestivos si se consume en exceso”, explicó la nutricionista Andrea Molina.
Te podría interesar
¿Qué riesgos existen al consumir granola en exceso, aunque sea considerada un alimento saludable?
Uno de los principales inconvenientes de algunas granolas industriales es su alto contenido de azúcares añadidos. Ingredientes como miel, jarabes, azúcar morena o frutas deshidratadas endulzadas pueden elevar significativamente los niveles de glucosa en sangre, sobre todo si se consumen en grandes cantidades o en personas con predisposición a la diabetes.
Por otro lado, aunque la fibra es beneficiosa para la salud digestiva, un consumo excesivo puede provocar molestias como gases, distensión abdominal o hinchazón.
Para disfrutar de los beneficios de la granola sin comprometer la salud, los especialistas recomiendan no exceder los 30 gramos diarios, es decir, aproximadamente un cuarto de taza.
Lo más recomendable es optar por granolas naturales, con pocos ingredientes procesados, bajo contenido de azúcar y combinarlas con alimentos como yogur natural, leche o frutas frescas. Así, se puede obtener un desayuno o merienda equilibrada, nutritiva y completa.
Como en muchos aspectos de la alimentación, la clave está en la moderación y en saber elegir. Leer las etiquetas, controlar las porciones y preferir opciones caseras o menos procesadas permite aprovechar todos sus beneficios sin caer en excesos.