Hablar solo es un hábito comúnmente visto como un comportamiento peculiar, pero la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) ha resaltado que, en realidad, este acto tiene importantes beneficios para nuestra salud mental y bienestar emocional.
Según la investigación presentada por la UNAM, hablar consigo mismo no solo es una herramienta eficaz para autorregular nuestras emociones, sino que también mejora nuestra capacidad de concentración, refuerza nuestra autoestima y potencia nuestra memoria.
¿Cómo ayuda a las emociones hablar solo?
Según el psicólogo Manuel González Oscoy, de la Facultad de Psicología de la UNAM, hablar solo funciona como un mecanismo de autorregulación emocional; al expresarnos verbalmente, sin la presión de la mirada ajena, podemos reflexionar de forma más honesta y sin censura.
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Este proceso permite ordenar nuestros pensamientos y emociones, ayudándonos a tomar decisiones más claras y a resolver problemas con mayor eficacia, por hablar con uno mismo, también podemos ganar claridad sobre lo que realmente queremos comunicar en situaciones futuras, como en conversaciones con amigos, familiares o colegas, lo que reduce el estrés y la ansiedad.
Este tipo de autorreflexión es especialmente útil en contextos sociales, como en el trabajo o en la escuela, donde tendemos a preocuparnos por ser percibidos de manera adecuada. También hablar solo proporciona un espacio seguro donde podemos ser auténticos, y esa libertad nos prepara para interactuar de forma más natural y sin tantas restricciones.
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¿Por qué hablar solo mejora la memoria y la creatividad?
Hablar solo también tiene efectos positivos en nuestra memoria, el estudio realizado por la UNAM muestra que la doble acción de hablar y escuchar nuestras propias palabras activa distintas áreas del cerebro, lo cual facilita el proceso de memorización. Esta técnica se puede emplear tanto en el ámbito laboral como en los estudios, donde recordar información de manera eficiente es crucial.
Además, hablar consigo mismo estimula la imaginación, lo que puede ser especialmente útil para la creación de ideas y proyectos, al verbalizar pensamientos y posibles soluciones, nuestras ideas cobran forma, lo que ayuda a hacer conexiones más creativas e innovadoras. En definitiva, al hablar solo, activamos nuestra capacidad cognitiva y fomentamos una mayor claridad mental para abordar tareas complejas.
Es por lo anterior que, hablar solo, no solo es un acto natural, sino que se convierte en una herramienta poderosa para gestionar nuestras emociones, mejorar nuestra memoria y potenciar nuestra creatividad. Sin duda, la próxima vez que te encuentres hablando contigo mismo, recordarás que esta práctica tiene un impacto positivo en tu bienestar general.